SEXO
He
sentido como el mundo
se
derrumba ante mi asustada mirada.
Fue como el eco de la muerte,
me
brindaba mis últimos minutos de incertidumbre.
Y me
dediqué
a sacarme
el doctorado en explorar tu piel,
besarla,
mojarla,
sellarla
y
guardarla en mi sesera.
Recorrí
países sin nombre
de la
mano de un Volkswagen destartalado,
se
asemejaba a mi habitación,
de
dolores descorchados,
colores
apagados y muy secos,
de
papeles que se arrugan sin acabar de ser un deshecho.
Fuiste
mi evasión nocturna,
mi
ultima noche en la tierra,
mi
ultimo orgasmo de inspiración,
el
ultimo punto y final de mi respiración.
Despertaste
a la jaula que encarcelaba
a la
fiera salvaje
que
anidaba en mi coraza.
La
besaste,
desmantelaste
y
liberaste.
Has
sido siempre el día uno,
y el
día ultimo.
Siempre
has acabado siendo mi suspiro final,
la
musa que se escondía en un pedestal de dolor.
Me
deshojaste
como
el jardinero que eras,
me
versaste
y
convertiste en letras feroces
de un
poeta loco por el sexo.
Fuimos
sudor y velas negras,
somos
moches en vela en tierras de nadie
y
seremos poetas que se desnudaban bajo
la atenta mirada de la tinta
que
se corría entre nuestros finos desayunos de orgasmos.
Eres
el paseo bajo la lluvia que riega mis lágrimas
ya
que tu solo me secas cuando nos besamos.
Yacimos en un parque a medianoche
contemplando
como los amantes se mueren
mientras
se mienten
y
nosotros los contemplábamos estáticos sin saber por qué.
Fuiste
mi ultimo pensamiento,
añorare
el roce de tu piel
pero
sé que Satán
no
espera para juntar a dos enamorados.
Te espero tomándome el té de medianoche,
con
el gato de Cheshire acariciándome la ropa
y mis
labios anhelando tus dedos.
Paraíso.
Cárcel.
Dolor
y
huesos.
Te
espero en el hueco de tu cuello,
donde
solo hay una transeúnte
que
finge sonrisas de odio a
personas
que ama.
No
tardes,sueño placentero de mis noches de insomnio.
Aida Santos
Parra