PERDIDOS
Somos
planes perdidos
en
el baúl de un niño
que
ha olvidado creer
en
su amigo imaginario.
Nos
quedamos cortos
en
imaginación
y
nos sobra el dolor.
Somos
niños
que
han olvidado
lo
que era creer
en
uno mismo.
Nos
sentimos vencibles,
solo
somos invencibles
en
la inmensa ceguedad
que
pregonamos a una sociedad de antaño.
Nos
hemos anclado a los juegos de mesa,
a
un laberinto que no tiene salida
y
una monotonía digna
de
una novela de posguerra.
Somos
adultos que actúan como robots.
Hemos
olvidado la sonrisa
en
la esquina arrugada
del
ultimo libro que abandonamos.
Hemos
crecido queriendo estallar.
Nuestros críos arañan nuestro interior.
Ellos
desean salir
y
recuperar su tiempo robado.
Hemos
enterrado vivos a almas
que
deseaban bailar bajo la lluvia
y
cantar desafinando
la melodía mas alegre
que
el sol nos ha dado.
Caminamos quejándonos,
deseando
morir
y
no vemos que el mundo nos pasa
y
no se detiene ante nuestro dolor.
Debemos desengancharnos de las máquinas
y
volver a latir.
Sentir
el viento mecernos
y
dejar que la vida
nos
lleve al mismo fin del mundo
si
eso queremos hacer.
Somos
fuertes
en
un grado tan alto,
que
nos subestimamos.
Las
influencias anulan
la
creencia de poder.
Somos
más
si
sabemos que
vamos
a derribar
el
muro de dolor que nos hunde.
Así
que abre los ojos
a
tú mundo gris
y
no dejes que la parsimonia
de
tu coraza
te
destruya
la
sensibilidad
de
poder sentir
incluso,
cuando
la fuerza,
falla.
SI
JUNTAS TODOS TUS PEDAZOS,
ERES
UNO,
UNO,
MAS
FUERTE,
MAS
INVENCIBLE
Y
MAS
COMBATIENTE
QUE
CADA SOMBRA
QUE
ALUMBRA
TÚ
MUNDO
DE
MONSTRUOS
ATORMENTADOS.
Aida Santos Parra