domingo, 2 de agosto de 2015

MITOS


MITOS

Y quién tuviera un vestido tapizado con el mapa mundi para que cada vez que me tocaras supieras que me transportas a los suburbios bohemios de París y a las noches y a las auroras boreales de los Polos.
Y una ropa interior imitando a las estrellas para que me hagas soñar mientras estás  metido entre mis piernas.
Unos ojos más azules que el mar nocturno para atraparte y ahogar tus nudillos ensangrentados en calma liviana.
Y unas manos más finas que la arena de la playa para abrazarte como si el amanecer fuera cosa de locos que no callan pero si oyen.
Unos labios tan rojos como el calor que desprende el Sol para quemar ese deseo que me consume.
Y unas orejas tan agudas para escuchar a la Luna llorar sus penas abandonadas al dolor.
Quien fuera un bello cuento de los eternos hermanos Grimm para ser contada una y otra en bocas llenas de un pasado mejor que su presente.
Ojalá pudiera abandonar uno su pelo al enredo que es la vida,para no encontrar nunca el mechón que da a la salida.
Quien fuera cuerpo arropado por miles de tatuajes que hacen correr la tinta de Neruda,Ángel González y Lorca para transformar la carne en poesía de locos de remate.
Quien fuera un perfumador para por esa nariz oler las calumnias que se respiran y reírse uno al saber la verdad y aspirar el olor de rosas negras, admiradas por su carencia de envidia hacia el rojo pasión y odiadas por ser el despertar más bello de un jarrón.
Nuestros cuerpos y almas quieren transformarse en tantas cosas, para bien o para mal,que olvidan que ser y permanecer son verbos que se pueden transitar para ser uno mismo y no la copia de algún 90 60 90 que esclavizan a la libertad.
Y qué mejor que una imaginación libertina y un papel incandescente a la luz de una bombilla alumbrando la tinta de los sueños correr al libre albedrío para ser y no aparentar.


Aida Santos Parra

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